Los países que más venden afuera son también los que más compran; a nivel local, la balanza comercial positiva es clave para obtener divisas, pero se destinan a contener el déficit fiscal, entre otros gastos, y esto restringe la posibilidad de hacer más envíos al exterior
La Argentina enfrenta una paradoja: necesita exportar más para que ingresen divisas. Para poder cumplir esa meta requiere de importar más de manera de poder producir pero, como no hay dólares, el Gobierno no autoriza buena parte de esas operaciones. La experiencia internacional muestra que los países que crecieron al menos diez años consecutivos del último medio siglo -China, India, Hong Kong, Chile, Indonesia, Tailandia, Malasia, Singapur- vivieron un boom exportador y también uno importador y, al menos por un tiempo, registraron balanzas comerciales deficitarias. El punto es que la Argentina sólo tiene esa vía de entrada de dólares, no otras.
Con datos de la Organización Mundial de Comercio (OMC) se transparenta que los principales exportadores del mundo son también los que más importan. El especialista Marcelo Elizondo, titular de la consultora DNI, advierte que al comparar las nóminas de exportadores e importadores de bienes con los de servicios, en líneas generales, los mejores ubicados son los mismos.
Por ejemplo, China encabeza el de exportadores de bienes seguida de Estados Unidos y Alemania y en el de importadores las posiciones son Estados Unidos y China y siempre Alemania tercera. La Argentina ocupa el puesto 44 como exportador mundial de bienes, y el 54 como importador y el 51 y 45, respectivamente en el de servicios.
Con datos al 2020 -los últimos elaborados disponibles-, la Argentina fue el 32vo país del mundo según su PBI en dólares (US$388.000 millones) por lo que, dice Elizondo, está infra participando en el comercio internacional en relación a la dimensión de su economía.
Desde Abeceb, la economista Karina Prieto apunta que hay una paradoja más que vive el país y es que a los sectores que tienen un perfil fuertemente exportador y generador de divisas se le ponen cepos y restricciones que los inhiben de producirlas. “La incapacidad de resolver los desbalances macroeconómicas es de donde viene la necesidad de restringir. Sostener la estabilidad macro es casi mandatorio para avanzar en las exportaciones; resolver de qué manera logro hacerme de divisas es un camino largo y el sacar las restricciones será lento”, define.
Elizondo remarca que una balanza comercial deficitaria en la Argentina alarma porque “no puede compensar ese faltante de dólares por otro lado”. Repasa que, en el mundo, la entrada de divisas no es solo por vía comercial, sino que hay ingresos de capitales, financiamiento de varios tipos, aportes de empresas multinacionales a sus filiales. “La Argentina no tiene nada de eso y quiere superávit comercial para que después esos dólares salgan”, resume.
Qué pasa con otros países
La OCDE efectúa regularmente un análisis del contenido de las importaciones como insumo de las exportaciones en los 65 países más grandes, que explican 85% de todo el comercio internacional. Para la organización es una medida fiable de los “vínculos hacia atrás” en los análisis de las cadenas de valor mundiales. Encima del 35% aparecen: Luxemburgo (67,4%), Malta (59,3%), Eslovaquia (44,5%), Hungría (44,1%), Vietnam (43,6%), Irlanda (41,7%), Singapur (39,5%), República Checa (37,7%), México (36,4%) y Malasia (36,1%).
De los de la región están Costa Rica, con 16%; Chile, con 12,4%; Brasil, con 10,2%; Colombia, con 10,1% y Perú, con 9.8%. La Argentina queda por debajo con 6,9%. Es el último de Latinoamerica y el último del hemisferio occidental; queda en el grupo de Kazajstán (7,7%), Brunéi (7,2%) y Arabia Saudita (4,9%).
Para Elizondo estos números hablan de la “dificultad” argentina para participar en las cadenas internacionales de valor. “La escasa generación de valor que dificulta mejor oferta exportable se refiere, pues, entre otras -también relevantes- causas, a baja incorporación de tecnología, escasa inversión de estándares internacionales, poco destacada incorporación de insumos calificados o de partes, accesorios o piezas que se originen en redes productivas internacionales de calidad”
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